Esta iniciativa, en alianza con la Municipalidad, contempla la entrega mensual de productos para llegar a 54 comedores solidarios.
Es mediodía y el comedor solidario de población Las Cumbres de Rancagua ya tiene casi listo el almuerzo para 250 personas del sector, que cada jueves concurren hasta este lugar. Son tiempos difíciles, no cabe duda, pero los ocho voluntarios se la han ingeniado para continuar con esta noble labor.
“Este comedor funciona en base a donaciones, aquí llegan personas de distintos sectores, de las cuales muchas están sin trabajo. Por eso, todo lo que llegue es bienvenido, estamos aquí para ayudar. Yo trabajo en locomoción y hoy descansé para poder cooperar”, aseguró Juan Carlos Montecinos, de población Las Cumbres.
En total son 54 comedores los que actualmente se encuentran activos en la capital regional, con un alcance aproximado de 11 mil raciones diarias. Muchos de ellos han continuado en forma ininterrumpida su funcionamiento desde que comenzó la pandemia el año pasado. Por eso, a través de una alianza con la Municipalidad, Agrosuper ha contribuido con diferentes productos que son distribuidos en entregas mensuales.
Para Paola Madariaga, coordinadora de la Municipalidad de Rancagua, ésta “es una muy buena alianza porque nos permite entregar proteínas a diferentes puntos y grupos donde hay niños, adultos mayores, personas en situación de discapacidad y sin empleo. Llevamos más de un año trabajando de domingo a domingo para apoyar a los comedores”.
“Desde el 2020 estamos apoyando a diferentes comedores solidarios. Hemos visto en distintas comunidades, urbanas y rurales, iniciativas de este tipo y por eso respondimos a una solicitud de los vecinos y del municipio. Estamos contribuyendo con un granito de arena que, en estos momentos, puede significar un alivio para muchas familias”, señaló María Inés Herrera, jefa de Comunidad de Agrosuper.
Legumbres con chorizo, espagueti con vienesas y pollo con puré, son algunas de las preparaciones que de lunes a sábado cocinan en la población Irene Frei, hasta donde llegan cerca de 140 personas, algunas de ellas en situación de calle.
“Nosotros como Iglesia, desde hace ocho años tenemos un comedor solidario que funcionaba solo los sábados, pero con esto de la pandemia y la escasez de trabajo nos reunimos y potenciamos lo que ya veníamos realizando. Así que desde mayo del 2020 no hemos parado”, sostuvo el pastor Raúl Becerra, de la población Irene Frei.
Las ganas de seguir apoyando es la tónica en cada comedor, cuyos voluntarios aseguran que continuarán cocinando mientras perdure la pandemia y cuarentenas.